Ronald Muñoz
La que acaba de transcurrir es, posiblemente, la semana más vergonzosa de nuestra historia como nación.
Una semana que tuvo como inicio a Donald Trump presidente de los Estados Unidos, recibiendo en el congreso de su país y con honores al diputado Juan Guaidó, a quien proclamó como “presidente legítimo” de Venezuela.
La respuesta del gobierno de Venezuela no se hizo esperar, o mejor dicho, la respuesta del gobierno de Rusia, que es quien aquí realmente está en pugna con el de Estados Unidos. Y se aparece el señor Serguéi Lavrov, Canciller ruso, en un encuentro de “dialogo” con sectores de la “oposición” afines al gobierno.
Es decir, primero tenemos a un diputado que se presenta, nada más y nada menos, ante el gobierno de la potencia más genocida de la historia, prácticamente a solicitar que se intervenga contra nuestro país, y la respuesta del “gobierno” del señor Nicolás Maduro, no es otra que traerse al representante de otra potencia para que lo legitime.
¿Será que estos señores serían capaces de convertir a Venezuela en campo de batalla bélico en el que miles de compatriotas pudieran perder la vida solo para favorecer los intereses de dos potencias que lo único que quieren es el control de nuestros recursos?
Antes que nada, hay que saber que en geopolítica más que “buenos” o “malos” hay intereses. Todo el mundo sabe lo que representa el gobierno de los Estados Unidos, se trata del gobierno más genocida de la historia, involucrado de manera directa o indirecta en todas las guerras que ha habido en el mundo desde 1945, único gobierno que lanzó bombas atómicas sobre población civil. Absurdo creer que los gringos desean salir de Maduro porque desean lo mejor para el Pueblo de Venezuela. Acostumbrados durante décadas a saquear las riquezas de nuestro país, con la llegada de Chávez, su influencia en Venezuela quedó como un mal recuerdo del pasado. Del otro lado tenemos a Rusia, potencia militar y geopolítica que se ha convertido junto a China en la represa que contiene las pretensiones de hegemonía mundial del imperio norteamericano. Pero no nos caigamos a mentiras: los rusos no están aquí porque nos quieren mucho y son admiradores de Bolívar, el gobierno ruso tiene presencia aquí porque el gobierno de Maduro facilita todas las condiciones para que empresas rusas se lleven nuestras riquezas, tal como en el pasado lo hacían empresas estadounidenses con los gobiernos de la cuarta república.
Que la solución de un presidente de Venezuela, para hacer frente a cualquier amenaza sea arrastrarse ante otra potencia, entregándole todos nuestros recursos para que se los lleven, es un acto de traición a la Patria tan grande como presentarse ante el congreso norteamericano para buscar su aprobación.
En tiempos de la cuarta república si había algo que generaba rechazo en los sectores conscientes del Pueblo era la manera como la clase política gobernante se arrastraba de manera recurrente ante los gobiernos estadounidenses. Venezuela siempre había sido un simple satélite dentro de la órbita geopolítica de una potencia extranjera. Cuando llegó Chavéz eso cambió: por primera vez Venezuela pasó a tener una geopolítica propia. Con una gestión de gobierno cuya prioridad era el bienestar del Pueblo nos convertimos en referencia continental, en ese país al que todo el mundo se quería venir a vivir, y pasamos a ser una potencia regional con voz propia en la construcción de un mundo multipolar. Los convenios que se firmaban en tiempos de Chávez por lo general priorizaban a Venezuela como primer y gran beneficiario de cualquier convenio, y los resultados de esos convenios se traducían en beneficios palpables para el Pueblo. De manera muy distinta Maduro y su gobierno vienen firmando a oscuras una serie de convenios y licencias que entregan nuestras riquezas y nuestra soberanía en beneficio de intereses extranjeros, tal cual como lo hacían en la cuarta república, pero ahora beneficiando a otros intereses.
Como ejemplo de soberanía se nos pasa el caso de Irán. Maduro habla de un “bloqueo”, término discutible cuando se sabe que los gringos siguen comprando petróleo venezolano y lo pagan en dólares, y más aún cuando vemos un país lleno de bodegones con productos importados y gobernadores que importan lo que quieran desde los Estados Unidos. A Irán en cambio le aplicaron un bloqueo de verdad, con embargo petrolero incluido: nos les compran petróleo. La respuesta del gobierno de Irán ha sido el desarrollo de su país, hoy Irán está entre las 25 economías más grandes el planeta, producen aviones, automóviles, satélites, cohetes, misiles, su comida, su propia gasolina y hasta robots del tamaño de Mazinger Z. Cuando los gringos los atacaron su respuesta no fue llamar a los rusos, su respuesta fue un contrataque fulminante que obligó a los gringos a echarse para atrás, eso es un gobierno, no un sujeto que se arrastra entregando su país a capitales extranjeros. Maduro vive arrastrándosele a Donald Trump en tv, suplicándole que lo reciba, incluso le ha llegado a proponer reuniones con “agenda abierta” es decir que le da lo que le pida, pero los gringos quieren todo el botín, y como no lo recibe Trump entonces va y se le arrastra a los rusos entregando nuestras riquezas y nuestra soberanía.
Maduro y su gobierno están rematando nuestro país, entregando nuestras riquezas a empresas extranjeras, sin que al Pueblo le llegue ningún beneficio de eso, más que unas simples migajas que tratan de vender como “políticas sociales” pero que en la práctica esconden mega-guisos de los corruptos civiles y militares. En los momentos que escribo estas líneas empresas extranjeras y mafias militares ejecutan un saqueo brutal de nuestro oro en el estado Bolívar y de otros recursos minerales sin que nadie sepa para dónde van los recursos que se obtienen de semejante saqueo en un país en el que ningún servicio público funciona.
Lo que el Canciller Lavrov vino a legitimar no fue la “soberanía” de un Pueblo o algo parecido. Lavrov no vino a apoyar ninguna mesa de “diálogo” plural, empezando por el hecho de que la pluralidad no existe en el espacio en el que se reunió, que no es más que el gobierno con la “oposición” que ha creado a su medida al mejor estilo de cualquier dictadura, una “oposición” que extrañamente se dedica a denunciar a otros sectores de oposición pero no dice ni pio sobre la dantesca corrupción de los altos personeros civiles y militares del gobierno, ni dice nada del saqueo que le hacen a nuestra Patria. Pero si eso va por el lado de la “oposición” tampoco hacen vida en esos espacios nadie que represente al Chavismo no gubernamental, ni a sectores de Izquierda adversos al gobierno, porque esa es la otra parte que pretenden tapar: gran parte del Chavismo y de la Izquierda de base en estos momentos rechazan al gobierno de Maduro, un gobierno que criminaliza la disidencia y que apenas algún dirigente de peso específico vinculado al Chavismo abre la boca para criticar inmediatamente se tiene que escapar del país o termina preso.
Lo que Lavrov vino a legitimar fue un gobierno que aplasta cualquier forma de disidencia, que aplasta la democracia y la participación Popular, un gobierno que criminaliza las luchas de los trabajadores, un gobierno que de manera sostenida ha venido decretando el salario más miserable de nuestra historia, pasando de ganar el salario más alto del continente en tiempos de Chávez al salario más miserable del mundo, decretado de manera reiterativa por un demagogo que se hace llamar “obrero” mientras mete presos a los sindicalistas que protestan y reprime a docentes y enfermeras por exigir un salario digno. Lo que Lavrov vino a legitimar fue a un miserable gobierno que mientras entrega las riquezas de nuestro país a empresas extranjeras y se roba la plata, aplica un paquetazo de medidas de corte Neo-Liberal que hacen caer el peso del desastre sobre los hombros del Pueblo trabajador, mientras ellos y sus familiares viven como reyes con nuestro dinero. Lo que Lavrov vino a legitimar fue el saqueo que empresas extranjeras le hacen a nuestro país, y la descollante corrupción de una cúpula entreguista que remata nuestras riquezas mientras sostienen por la fuerza condiciones miserables que oprimen al Pueblo trabajador.
Y pese a todo eso hay que estar claros, el problema no es el Canciller Lavrov, Lavrov hace lo que debe hacer que es resguardar los intereses de Rusia, bien por los rusos que tienen un gobierno muy eficiente que vela por los intereses de su nación, no esta parranda de corruptos que solo buscan cualquier fuente de ingresos, vendiendo o tomando lo que sea de quien sea, para luego decir que no tienen dinero para nada mientras derrochan opulencia ante los ojos del Pueblo.
Maduro todos los días impone sus discursos en cadena a la nación, y al cabo de 7 años el saldo es que no existen ni siquiera 3 promesas suyas que se hayan cumplido. Ni tampoco existen 3 políticas económicas planificadas por su gobierno que se hayan traducido en bienestar para el Pueblo, no existen 3 políticas económicas suyas que al cabo de algunos meses no dejaran todo peor a como estaba. Si los rusos piensan que Maduro es tan bueno entonces que nos hagan el favor y lo inviten para allá, con su equipo de gobierno y si quieren aprovechan y se llevan a Guiadó y a los del “G4” también, y así nos hacen el favor completo. Es más, que nos manden a Putin como asesor de un nuevo gobierno aquí y que se lleven a Maduro y compañía y les den cargos institucionales allá: al cabo de 10 años Rusia estaría en la ruina, las empresas rusas en la quiebra y Venezuela sería una potencia industrial y económica.
La verdad es que ningún gobierno extranjero va a resolver los problemas del Pueblo venezolano, y el gobierno que tenemos tampoco. Como Venezolano expreso mi rechazo ante el entreguismo de ambas cúpulas corruptas en pugna, como Venezolano exijo tener un Gobierno que vele por nuestra soberanía y por el bienestar de nuestro Pueblo, es claro que ninguna de estas dos cúpulas serviles a potencias extranjeras garantizan eso. Nuestro Pueblo hoy clama por una nueva referencia política.