Bolsa Descentralizada genera polémica: ¿hacia dónde va este nuevo mercado de valores? «En pueblo chiquito, infierno grande». La llegada de la Bolsa de Valores Descentralizada de Venezuela (BDVE) ha desatado un polémico debate sobre el nuevo corro basado en tecnología Blockchain y que pretende, según sus promotores, convertirse en un complemento para el mercado de valores tradicional que, más bien, aporte más liquidez y profundidad.
El vicepresidente de la BVDE, José Ignacio Guarino, dijo a Banca y Negocios que el nuevo mercado funciona como un «híbrido», ya que promueve el uso de Tecnologías Financieras Descentralizadas (DeFi) pero también está regulado en los mismos términos que la Bolsa de Valores de Caracas (BVC) y las sociedades de corretaje de valores autorizadas, por lo que el nuevo mercado ha cumplido todos los requerimientos legales y regulatorios para funcionar.
«La bolsa descentralizada no obliga a crear una cuenta de corretaje tradicional. Esa es una de las razones que la hace una iniciativa pionera. Ciertamente, las tecnologías DeFi están generando un debate enorme, y muchas personas las entienden como desregulación, y sabemos que el dinero no tiene amigos. Lo cierto es que son tecnologías robustas, encriptadas y a través de las cuales los inversionistas tienen control absoluto y constante sobre sus activos», explica Guarino.
«Quienes se registran en la bolsa descentralizada son objeto de la debida diligencia ampliada, a través de la cual se valida su identidad física y digital. Estamos buscando ampliar y abrir el mercado. Una de las innovaciones es que nunca ha habido una bolsa de derivados y ahora se está promoviendo. Los conocedores saben que los mercados de derivados son más líquidos. En la Bolsa Descentralizada se encuentran contratos de derivados sobre diamantes, monedas de oro convertidas en una joya, y habrá una oferta amplia sobre productos agropecuarios, metales y otros», añade el vicepresidente de la BDVE.
– Las claves –
La Bolsa Descentralizada de Valores de Venezuela opera sobre una plataforma denominada Sistema Descentralizado de Mercados Encriptados (Sideme) que es «un conjunto de contratos digitales que componen la plataforma de negociación de la Bolsa Descentralizada de Valores de Venezuela», según se lee en el manual de operaciones.
Esta aplicación de la tecnología de cadena de bloques busca blindar las operaciones contra ataques informáticos y hacer que las personas que participan tengan una «bóveda privada», donde almacenan los códigos encriptados de sus activos bajo estricto control directo del titular.
Guarino explica que «este es un sistema en el que cualquier casa de bolsa se puede registrar, con sus documentos de constitución y pasando el sistema de debido cumplimiento, desarrollar una aplicación propia y por allí comenzar sus operaciones. Los detractores no dicen que este mercado está sujeto a toda la supervisión y normativas de la Sunaval», insiste.
El sistema de transacciones es un modelo P2P, sin intermediarios entre el oferente y el comprador. Cada inversionista funciona como su propia «caja de valores», asumiendo directamente la custodia digital de sus títulos, en un sistema auditable y blindado desde el punto de vista de encriptación. Esta situación hace que los procesos de liquidación sean inmediatos (T+0).
La estructura de comisiones es 0% para compraventas en fiat, y 0,1% para compraventas realizadas a través de activos digitales alternativos.
Por su propia dinámica esta bolsa funciona los 7 días de la semana y las 24 horas, además de permitir que inversionistas extranjeros accedan directamente a valores de empresas venezolanas, lo que aportaría una mayor demanda potencial, un elemento fundamental que opera como una debilidad en el mercado de valores local.
Según sus promotores, con toda la capacidad computacional existente, no se puede descifrar una llave privada en la BDVE, y romper todas las capas de seguridad. Cada inversionista posee una bóveda privada que puede customizar según sus necesidades, porque las identidades digitales generadas se pueden conformar como el usuario desee; por ejemplo las casas de bolsa y empresas pueden llegar a tener diferentes tipos de usuarios para generar lo que necesiten según sus estatutos.
– «Ni agua» –
El presidente de la BDVE, Manuel Aaron Fajardo, sostiene que desde que se conoció la autorización de funcionamiento de la entidad, se ha desatado una estrategia de «ni agua» contra el mercado emergente.
«He estado teniendo reuniones con sociedades de corretaje y entes regulados, porque hay dudas que están surgiendo, no sé si por malicia o desconocimiento de esta nueva tecnología, porque la mayoría de los usuarios que tenemos son menores de 50 años; pero los actores tradicionales tienen reticencias. Yo les haría una pregunta simple: ¿Qué mecanismo tiene la Caja de Valores de Venezuela para custodiar títulos? Porque al final la caja es un registro electrónico, que asigna valores a cada participante. Las tecnologías descentralizadas hacen lo mismo sin tener un único punto de fallo. Se pueden buscar las múltiples experiencias de ataques informáticos contra bolsas de valores en el mundo, contra custodios y se van a encontrar muchos artículos y juicios contra atacantes», dijo Fajardo en una entrevista reciente.
Según Fajardo la recién constituida Bolsa Descentralizada transa un promedio de 320.000 dólares diarios, aunque, visto desde fuera, parece un negocio que, por ahora, tiene muchos retos por superar, más allá de la presunta maledicencia de sus competidores.
En el resto de América Latina se están registrando iniciativas parecidas, aunque Venezuela es el primer país que ofrece una bolsa de valores con estos parámetros, lo que, se entiende, se puede hacer por lo limitado que es el mercado tradicional.
Por ahora, los convencidos parecen ser inversionistas individuales, jóvenes, conocedores o familiarizados con la tecnología, con experiencia en operaciones con criptoactivos, mientras que el segmento de los inversionistas institucionales parece ser un objetivo más difícil, no tanto por la desconfianza en el producto o en la tecnología, sino por los riesgos implícitos de la economía venezolana, que también lastra las operaciones de la BDVE.
«Este es un proyecto serio, seguro, con los brazos abiertos para que vengan las pymes. Estamos dando 10% de la participación en la bolsa para el conjunto de los inversionistas que se unan, y tienen derecho a voto. Esto es democratización del capital. Además, ofrecemos un sistema de custodia descentralizado, donde no hay que enviar dinero a ninguna parte para participar, se puede acceder al mercado sin intermediarios. Ese es el futuro», apunta Fajardo.
¿Amenaza para los corredores de títulos valores? El titular de la BVDE dice que no, porque los corredores y asesores de inversión tiene una experiencia necesaria y que debe pagarse. «Cuando se entra al mercado es indispensable la asesoría. Las sociedades de corretaje no pueden desaparecer, pero deberán ver qué nuevos nichos desarrollan. Deben adaptarse a las nuevas tecnologías. Al final, vamos a ganar todos, haciendo mercado entre todos».
– La película en desarrollo –
La transformación digital es un fenómeno que tocará a todos los sectores de la economía, incluso más allá del deslave económico nacional, por lo que la BDVE parece anticipar un nuevo tiempo, una nueva forma de hacer operaciones, más directa, sencilla, eficiente y tecnológicamente segura.
Las dudas provienen del ámbito de lo financiero. Al final, sea como sea la plataforma, el inversionista necesita saber que sus activos están debidamente asegurados, de acuerdo con los términos de gestión de riesgo en los mercados. Ese es el papel de los reguladores, actualmente muy presionados desde diferentes escenarios, como el de la dolarización y la transabilidad de las divisas.
Sin duda, la Superintendencia Nacional de Valores tiene ante sí ese mismo problema, y ya ha tomado decisiones como permitir la emisión de títulos en divisas y ha autorizado este mercado que permite ampliar los límites del entorno bursátil nacional.
Guarino, fiel a su estilo directo, apunta que: «en este país, en números redondos, hay solo 44.000 inversores registrados. ¿Cuántas pymes hay ávidas de financiamiento? Casi ninguna llega a la Bolsa de Valores de Caracas, y tenemos que preguntarnos por qué. Tenemos la piel muy delgada, cuando hay que reconocer que el mercado ya no puede ser, ya no es, el club de los 23 muchachitos con piscina que algunos siguen teniendo en la cabeza».
Por lo pronto, además de los productos asociados a valores transados en la Bolsa de Valores de Caracas, la prioridad parece ser el desarrollo de un mercado de derivados, que haría la diferencia, ya que la plataforma serviría para transar bonos sobre diversos activos subyacentes. Por ejemplo, ahora se prepara una emisión sobre una cosecha de maíz para el próximo noviembre.
«Si, por ejemplo, ahora se activa Bolpriaven y comienza a emitir títulos sobre productos agropecuarios, esos productos pueden cotizar en la Bolsa de Valores de Caracas, y podemos hacer un interfaz para que transen también en la Bolsa Descentralizada para que tengan más espacio y más liquidez. Quien quiera seguir transando en la Bolsa de Valores de Caracas que lo haga, porque esta bolsa nueva está pensada como un complemento que amplifique las oportunidades. La idea es, por ejemplo, tener un importante mercado secundario de bonos, obligaciones, papeles comerciales y acciones», refiere el presidente de la BDVE.
– Gobierno corporativo –
Aparte de la autorización de la Sunaval, la Bolsa de Valores Descentralizada tiene elementos destacables en su reglamento y manual de operaciones que refuerzan el gobierno corporativo de la entidad, como la existencia de una Cámara de Auditores independiente para la resolución de conflictos, de la cual podrá formar parte «sin restricción alguna cualquier Casa de Bolsa registrada en BDVE y es la parte ofertante afiliada de una operación la que elige a un miembro de la Cámara de Auditores para que arbitre su posición».
Las casas de bolsa inscritas en la BDVE deberán obtener autorización específica de la Sunaval.
Además, en los documentos hay diferentes instrucciones y previsiones para preservar la seguridad informática, el secreto de las credenciales y la integridad financiera de las transacciones. En el papel, la BDVE muestra un importante nivel de exigencia en sus operaciones.
Guarino, por su parte, apunta que esta es una iniciativa de capital privado, que no tiene nada que ver con ningún sector político, ni con el gobierno. «Se ha llegado a decir que esta es una iniciativa enmarcada en la Ley Antibloqueo. Eso es completamente falso», enfatiza.
En todo caso, Venezuela es el reino de la incertidumbre. Por encima de las polémicas, lo que se espera es que, por fin, el mercado de valores cumpla la función que le corresponde ahora en medio de la crisis, y mañana cuando se espera que se llegue a alguna vía de recuperación de la economía.